¿Cómo evito dar demasiada energía en la crianza?

 

Quiero compartir contigo hoy una reflexión que tuvimos la semana pasada en el cierre del curso Mamá Conectada

 

La pregunta que me hicieron fue:

 

“¿Cómo evito dar demasiada energía en la crianza?”

 

Le pasa a muchas mamás conscientes y respetuosas, que dan de más.

 

Es que esto de practicar la empatía y la conexión con los hijos a veces termina resultando en un desgaste de energía muy alto porque estas mamás sienten que tienen que ceder mucho, que tienen que tener muchísima paciencia y terminan construyendo sus vidas en función de respetar cada necesidad y cada deseo de sus hijos.

 

Entonces, son los hijos las que marcan las actividades, las rutinas, los tiempos, las prioridades y muchas veces hasta cada menú de cada día.

 

Por supuesto que estoy segura que estas mamás no están criando como dicen por ahí “pequeños dictadores”. Porque no son mamás permisivas, son mamás respetuosas, que muchas veces no recibieron atención y dedicación en su infancia y quieren cambiar el patrón. Y se van un poco al otro extremo.

 

Esta dinámica puede generar muchos desbalances en la energía familiar.

 

Porque construir tu vida de esta forma, en torno a tu hijo, no es sostenible o saludable. A veces es factible cuando tienes un solo hijo, y puedes delegar otras responsabilidades. Porque logras hacer los malabares correspondientes, dejándote de lado a ti misma muchas veces. Pero luego decides que quieres otro hijo, o cambian tus demandas profesionales, o se enferma uno de tus padres, y la cosa se vuelve más difícil.

 

Y a ti simplemente no te da la energía para hacerlo todo. Entonces surgen - más aún - las culpas y la frustración materna.

 

Acompañado de la sensación de que no estás hecha para ser mamá, o que la crianza consciente es un ideal inalcanzable.

 

¿Cómo reconoces si estás dando de más?

 

A veces es muy claro, y tú sabes que estás dando de más a tus hijos. Pero si no has logrado identificarlo, te cuento cuáles son algunas señales:

 

  • Tus hijos tienen más (vida social/ estímulo cultural / actividades artísticas/ deporte, etc.) que tú
  • Inviertes más dinero y tiempo en su bienestar que en el tuyo
  • Al final del día sientes que ya no tienes más para dar a nadie (ni para tu pareja, ni para ti misma)
  • Ya te has olvidado de lo que te hace bien, feliz, lo que te recarga de energía

 

Vivir en función de un otro y poner tu energía al servicio de un otro 24/7 va a ser agotador y va a drenar tu vitalidad, aunque lo hagas con amor. Porque tiene que ser con amor al otro, pero también amor hacia ti.

 

Creencias erróneas que te hacen dar de más:

 

  • Ser empática es lo mismo que estar 100% disponible
  • Criar de forma conectada significa desconectarme de mi misma
  • La conexión es entregarlo todo y más
  • La crianza es sacrificio
  • La maternidad significa poner a tus hijos por encima de ti misma

  

Pero entonces….

 

¿Cómo darle a tu hijo seguridad y empatía sin entregarle toda tu energía? 

  

Yo creo firmemente que todo en la crianza tiene aspectos prácticos y también aspectos energéticos. Te cuento entonces cómo abordar este tema desde esos dos enfoques

 

  • Desde lo energético, estos equilibrios se recuperan recordando que:

 

Somos iguales. Somos almas valiosas y maravillosas. Ambas. Tanto tu hija como tú.

Y así como quieres que ella tenga una vida hermosa y plena, bueno pues también tú mereces una vida hermosa y plena. Entonces vamos a tomar decisiones que nos hagan bien a los dos cierto?

 

Una decisión para ti y una para mí. Y a más somos en la familia, pues menos seguido le toca a cada uno ser la prioridad, nada que hacer. Así es. El balance energético familiar se mantiene cuando todos están recibiendo y todos están entregando.

 

Así como algunas mamás tienden a caer en la soberbia y el autoritarismo porque se sienten que ellas están por encima de sus hijos, a otras les ocurre al revés. Pero tu hijo no tiene porqué estar por encima de ti. Somos iguales.

 

Y esto se traduce como “te honro, me honro. Honro tu tiempo, tu corazón, tu crecimiento. Honro mi tiempo, mi corazón y mi crecimiento”

 

  • Y desde lo práctico, estos equilibrios se recuperan recordando que:

 

No somos iguales. Ya sé, es contradictorio con el punto anterior, pero sígueme con la idea.

 

Tú eres la adulta, y parte de ese rol, es tener un liderazgo sano que les dé a tus hijos la seguridad que necesitan. Y ellos están en una posición más vulnerable.

 

Tú eres el capitán del barco al que ellos se subieron cuando nacieron contigo. Tú sabes manejar el barco mejor que ellos, tú sabes leer mapas, y conoces mejor los peligros del mar. No eres mejor, ni estás por encima de ellos, pero en términos de experiencia humana, en esta vida tienes más herramientas y un cerebro más maduro.

 

¿Cómo evito dar de más en el día a día?

 

Quizás tú ya tienes identificadas las áreas en las que estás dando de más. Pero aquí te comparto tres ejemplos por si te suenan conocidos:

 

  • Pedir demasiado la opinión de los hijos:

 

La autonomía y el poder de decisión promueve la independencia y la responsabilidad en los niños, totalmente de acuerdo. Amo a María Montessori. Es maravilloso darles opciones a tus hijos. Pero ella no hablaba de darles miles de opciones en cada cosa. Porque empiezas a desbalancear la energía familiar cuando los niños deciden cada menú de comida, o ponen la pauta para la agenda familiar diaria y semanal. 

 

Si por ejemplo, tienen como familia el fin de semana libre, pero sólo tus hijos eligen las actividades del finde completo. Desbalance.

 

Si tú querías ir a visitar a tu amiga pero les preguntaste y ellos no quisieron, entonces no vas. Desbalance.

 

No es necesario consultarles todo siempre. Porque son niños*, y su cerebro no está listo para eso. No está listo para ese nivel de información (aunque sea una niña muy inteligente) ni para ese nivel de autoridad. Opinar y tomar decisiones agota. Y es una responsabilidad que muchas veces se vuelve una carga.

*Y aún con los adultos tampoco se consulta todo, a veces se trata de ponerse de acuerdo, y otras sólo informar sin pedir opiniones.

 

  • Pensar que tienen que desarrollar su máximo potencial:

 

Es verdad que tus hijos tienen mucho potencial, son niños con una vida por delante. Y todas las mamás queremos que nuestros hijos sean lo mejor de sí mismos, que no tengan limitaciones.

 

Pero hay que tener atención, porque vivimos en una época en la que hemos transitado desde el “exitismo” clásico que decía “quiero que mi hijo sea un profesional exitoso y millonario, que sea inteligente o bella”, a un exitismo medio New Age que dice “quiero que sea feliz y tenga una salud emocional ideal”

 

Y te cuento: Eso no existe.  Ups.

 

Tu hijo no tiene porqué desarrollar su máxima inteligencia, ni su máxima habilidad social, ni todos sus talentos artísticos, ni tener la salud mental y emocional de un monje budista.

 

Por otro lado, si tú estás en tus 40 como yo, aún te quedan otros 40 de vida, así que también tienes mucho potencial que desarrollar, ¿cierto?

 

  • Evitarles toda incomodidad:

 

Una mamá me contaba el otro día que tenía a su hijo en muchas actividades extracurriculares porque si no el niño se quejaba de que se aburría. Entonces ella se la pasaba todas las tardes manejando de una actividad a otra.

 

Con esta mamá conversamos y trabajamos varios temas: ella se sentía culpable porque su hijo era hijo único y creía que eso era solitario y triste, por lo mismo tenía que generarle mucha diversión y amistades. También estaba sobre.compensando porque sus propios padres nunca hicieron eso por ella. Es doloroso verlo así, pero la verdad es que esperar la máxima felicidad de nuestros hijos/as no va a sanar las heridas del pasado.

Luego de revisar esas emociones y culpas en ella, también revisamos cómo manejar el aburrimiento en los niños, cómo acompañarles a transitar ese aburrimiento sin necesidad de que alguien le entretenga o le “resuelva” esa emoción desagradable.

 

Lo mismo ocurre con evitarles las penas, el dolor, la frustración, etc. Ya me entiendes.

 

Mucha energía familiar centrada en los niños, desbalancea el sistema completo.

 

  

¿Por dónde empiezo a recuperar mi energía materna?

 

Empieza en cualquier punto, donde tú quieras. Elige una frase, una palabra, una idea de este post. Y dale por ahí. Al principio costará, y luego cada vez será más fluido. Pide ayuda si lo necesitas.

 

Y recuerda que no lo haces sólo por ti, les estarás haciendo a ellos un magnífico regalo. El regalo de no tener encima toda la presión, todo el dinero, todas las expectativas, toda la atención y el tiempo de la familia. Regálales alivio.

 

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