Las preguntas clave que hacer a tus hijos para que te cuenten lo importante

Comunicarte mejor con tus hijos

Ya escribí en el artículo anterior sobre comunicación, cómo podemos mejorar las formas en que nos vinculamos con los niños. Los espacios y tiempos que nos damos para conectar realmente con ellos son muy importantes, sumado a escuchar lo que a ellos les importa para que luego ellos estén más dispuestos a contarnos lo que a nosotros nos importa.

En este artículo quiero compartirte las preguntas que a usamos en casa para mantener esas conversaciones fluidas, desde muy pequeños. Pero primero: 

 

Tres clásicas preguntas que hacemos a los niños y que no mejoran la comunicación en absoluto

  

  1. ¿Cómo te fue?

 

Esta es la pregunta del millón. La hacemos esperando que nuestros hijos incien una conversación profunda, pero resumida ojalá, de los eventos más importantes del día. Pero resulta que esta es una pregunta que sólo responden extensamente los adultos y, de hecho, sólo los adultos que tienen ganas de hablar en ese momento.

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  1. ¿La pasaste bien? ¿La pasaste mal?

 

La siguiente pregunta, pobre en elaboración pero muy popular es “¿la pasaste bien o mal?”. La respuesta “bien”, es igual es poco informativa que la anterior. Y la respuesta “mal” abre pie a un interrogatorio. Calificar las experiencias como bueno/malo no mejoran la comunicación, porque la vida no es blanco/negro. Como dicen en esa película muy buena – cuyo nombre por supuesto olvidé- “la vida está hechas de infinitos matices de gris”. 

Los calificativos de bueno/malo entorpecen la inteligencia y el razonamiento de tus hijos, su análisis critico y sus capacidades de observar todos los matices que hay entre algo blanco y algo negro.

Cuando tienen que elegir si un día fue bueno o malo, se empiezan a entrenar como personas de mente estrecha y rígida. Los niños empiezan a generalizar, y eso no es útil ni reflexivo. Por ejemplo, mi hijo más sensible, si le pregunto eso, dice que la pasó mal cuando ocurrió solo una cosa negativa y el resto del tiempo fue muy divertido. Entonces esa pregunta lo va entrenando a ver todo de un mismo color. En lugar de decir “pasó esto que no me gustó”.  

 

  1. ¿Cómo te portaste?

 

Otra pregunta bien intencionada, pero nefasta.  La pregunta “¿te portaste bien?” no va en absoluto enfocada al bienestar del niño, sino que está enfocada en saber si el niño cumplió o no con las reglas del lugar o personas donde estuvo.

De hecho, si tuvo una mala experiencia y terminó llorando y los adultos se enojaron, probablemente eso cuente como portarse mal, y no es así.

Pero entonces ¿Qué decimos?

 

¿Cuáles son las preguntas que mejor funcionan para que tu hijo te cuente TODO?

 

Estas son las preguntas que a mí y a mis pacientes, nos funcionan siempre:

 

  1. ¿Qué cosa te gusto del día de hoy?

  2. ¿Y qué cosa no te gustó del día de hoy?

 

Cuando haces estas preguntas, los niños tienen que hacer el ejercicio de revisar su día y cómo se sintieron con los eventos que ocurrieron. Responden más concretamente con hechos que te pueden relatar y transmiten muy claramente cómo lo vivieron.

 

Te sorprenderá descubrir lo fácil que es para los niños responder esta pregunta, incluso los niños que normalmente no cuentan sus preocupaciones ni expresan mucho sus emociones.

  

¿Cuál es el mejor momento para hacer estas preguntas?

 

Como ya lo mencioné en el artículo anterior: Revisa que funciona mejor para tus hijos.

 

Desde mi experiencia con mis propios hijos y con mis pacientes, la cena y antes de dormir son los mejores momentos para conectar y conversar. Se llevan el premio en la mayoría de las familias. La noche es un período introspectivo por naturaleza, y estamos más dispuestos todos a conectarnos con nuestro corazón.

 

Estas preguntas también sirven para que tu hijo genere el hábito de revisar su día, una costumbre muy sana antes de dormir, porque bien utilizada, permite reconocer emociones, conflictos, y hacer algo al respecto. La noche es el mejor momento para re-entrenar tu mente.

  

Y lo más importante: ¿Qué estás contándole tú a tu hijo?

 

No puedes esperar que tu hij@ te cuente todo, si tú no tienes la costumbre de revisar tu día y compartir con ellos los eventos importantes y valiosos. También los negativos.

No se trata de transmitirle  toda tu angustia, ni cargarle con todos tus problemas, no te vayas al extremo. Pero sí cuenta lo que te está pasando y cómo te estás sintiendo. Para los niños es sano saber en qué estás.

Cuando estás enojada, preocupada o con pena, está muy bien decirlo. Porque tu energía la sienten igual, y tus emociones las leen igual. Y si no les explicas, entonces van a asumir cualquier cosa.

 

 

 

 

 

 

 

 

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