¿Por qué mi hijo hace pataletas? Las causas físicas, emocionales y energéticas
Si eres mamá de un niño/a pequeño, seguro ya conoces muy bien las pataletas, esos momentos que a veces duran unos minutos y otras veces parecen durar por horas, en los que tu hija libera una intensa cascada de emociones negativas, acompañada de conductas muy dramáticas como llorar intensamente, tirarse al piso, gritar, entre otros.
Y si estás leyendo esto, imagino que probablemente tu pequeña ya te ha mostrado sus emociones profusa y extensamente durante sus cortos años de vida.
A veces esas emociones hacen perfecto sentido, puedes consolar y contener a tu hija, y atraviesan la pataleta sin demasiadas dificultades para llegar juntas a un punto final de calma y liberación.
Otras veces, es puro caos. No consigues conectar con tu hijo, no quiere recibir tu apoyo. Es agotador emocionalmente y sientes que el proceso te ha quitado un montón de energía.
La verdad es que todas las pataletas son distintas, todos los niños son distintos, y las mamás también tenemos momentos y días en los que reaccionamos distinto a una misma emoción intensa de nuestros hijos.
¿Es normal que mi hijo tenga pataletas?
Sí, es normal. Un niño pequeño que está aprendiendo a regular su conducta y su autocontrol, tiene por naturaleza menos posibilidad de gestionar sus emociones.
El cerebro de tu hijo está en desarrollo, y eso significa que su corteza cerebral no está madura, y simplemente no puede gestionar las emociones intensas que tiene.
A medida que los niños crecen, van aprendiendo a controlar más y mejor sus reacciones y su propia intensidad, y eventualmente lograrán regularse mucho mejor. Pero ten en cuenta que el cerebro no termina de desarrollarse hasta aproximadamente ¡los 25 años! Entonces hay que tener muuucha más paciencia con los hijxs y sus desregulaciones de lo que una creería.
Sin embargo, hay algunas variables que puedes asociar como gatillantes de las pataletas, y que muchas veces las mamás pasamos por alto. Conocer algunas de estas variables, te ayudará a prevenir muchas pataletas, a bajar su frecuencia. Y, una vez que la pataleta ya está en marcha, conocer la posible causa te ayudará a ser más empática con tu hija y su proceso.
¿Cuáles son las causas de las pataletas en los niños?
El manejo y abordaje de las pataletas tiene varios pasos y etapas, y todas son importantes, pero aquí quiero enfocarme en los factores que pueden gatillar una pataleta en tu hijo.
Y estas son las preguntas que yo me hago siempre que uno de mis hijos se desregula o descontrola:
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¿Tiene alguna necesidad básica insatisfecha?
Las necesidades básicas insatisfechas incluso gatillan pataletas en los adultos. Quizás te identifiques también con alguna de estas:
- Falta de descanso:
Si no está durmiendo lo suficiente para su edad en las noches, es posible que tu hija tenga más pataletas o mal comportamiento que si estuviera descansando bien. Averigua cuántas horas debe dormir una niña de su edad (que no son las mismas que un adulto).
Si normalmente duerme bien, pero el día de hoy no durmió lo suficiente, o ya es tarde y tiene sueño, estará más propenso a desregularse. El horario de la tarde/noche es un momento de crisis para muchos niños que ya se sienten cansados, pero por la rutina de la casa no se pueden dormir temprano. A veces es mejor detener tu rutina nocturna para llevar a tu hijo a dormir temprano, y luego seguir con tus tareas.
- Falta de alimento sano y nutritivo, a tiempo:
Si tu hijo tiene hambre, no va a poder regularse. No se trata de tener un horario estricto de comidas, no es necesaria tanta rigidez. Pero sí recuerda que el hambre es un gatillo de pataletas y entonces siempre es útil tener a mano alguna fruta o comida sana y rápida para darle a tu hija cuando lo necesita. Hacer que un niño aguante el hambre hasta la hora de comer puede ser exigirle demasiado a su cerebro.
Por otro lado, si comió, pero no fue algo muy nutritivo, como por ejemplo una torta, entonces el azúcar puede excitar su sistema nervioso e impedirle también gestionar sus reacciones, sobreactivarse y descontrolarse más fácilmente.
- Falta de conexión con mamá y/o papá:
Muchas veces las mamás me cuestionan que por qué pongo la conexión como necesidad básica. Y es que nuestra sociedad no considera este punto como algo tan vital para los seres humanos como la comida o el descanso. Pero sí lo es. Todos los seres humanos necesitamos sentirnos conectados con nuestros seres queridos. Y los niños aún más, porque sin conexión con sus figuras de cuidado, se sienten en peligro. Si mi cuidador no me mira, no me reconoce, no me presta atención, entonces puede descuidarme y eso es un riesgo vital para mi supervivencia.
Entonces, es probable que tu hijo haga una pataleta porque se siente desconectado de ti. No te ha visto en todo el día, tú llegaste apurada y te pusiste a cocinar. No tuviste unos minutos para jugar, abrazar, conversar o cocinar juntos.
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¿Está sobreestimulada?
En nuestra sociedad occidental se cree que los niños necesitan mucho estímulo. Los juguetes son ruidosos y coloridos. Los shows de payasos y títeres son gritones y llenos de movimiento. Los cumpleaños son una locura. Las pantallas ni hablar. La verdad es que los niños, aunque ellos son ruidosos de por sí, no necesitan más ruido y colores en sus vidas para estar contentos.
El cerebro infantil no está diseñado para tanto estímulo, la naturaleza no ofrece tanta información mental normalmente. Entonces, es normal que tu hijo tenga su sistema nervioso al límite luego de un día de actividades que fueron muy muy entretenidas, pero sobre-estimulantes. Aquí es cuando a veces las mamás dicen “la pasamos tan bien, jugaste todo el día, y ahora lo arruinas con una pataleta ¡no te saco nunca más!”
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¿Está sobreexigida?
Si tu hija tuvo que mantenerse quieta y tranquila durante un período demasiado largo para su edad o costumbre (cita en el doctor, comida con invitados, trámite en el banco, etc.) es muy posible que luego tenga una pataleta. Recuerda que para una niña, ese nivel de control requiere mucho esfuerzo. Entonces luego ya no le queda energía para seguir controlándose.
A veces ocurre que, sin darnos cuenta, llevamos a los niños a nuestro ritmo. Tu hija ha seguido la agenda de los adultos todo el día sin espacios suficientes para actividades libres o infantiles. Y eso pasa la cuenta en algún momento del día.
Procura que los días y las actividades tengan espacios y tiempos para todos los miembros de la familia.
En otros casos ocurre que tú estás tratando de regular demasiado a tu hijo. Es decir, le pones muchos límites, le dices mucho que no, limitando su autonomía y generando frustración. No se trata de decirle a todo que sí, eso sería una locura. Pero revisa si el descontrol de tu hijo no está siendo una respuesta a tu exceso de control.
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¿Está sobrecargada su energía?
Si tu hijo ha visitado o interactuado con personas negativas, tóxicas, agresivas, sean adultos o niños, entonces es posible que su energía haya quedado “cargada”. Es mejor no exponer a los niños a familiares o amigos que son crueles, que critican o se burlan de los demás, que avergüenzan a tu hijo.
También, si han visitado lugares con mucha angustia, miedo o pena, esas energías pueden dejar a tu hijo “cargado” y eso puede conducir a una pataleta. Ejemplos de estos lugares son clínicas, cementerios, hogares violentos, algunos edificios públicos, entre otros.
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¿Está cayendo en alguna enfermedad?
A veces las pataletas son los primeros síntomas de una gripe, virus estomacal, etc.
Ocurre que los niños no tienen completa consciencia de su cuerpo y en vez de decirte “me siento raro”, van a seguir jugando y saltando como siempre pero tendrán desregulaciones inexplicables.
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¿Ha acumulado emociones negativas?
En los períodos grandes de cambio en las vidas de los niños, es normal que aumenten las pataletas. Por ejemplo, al nacer un hermanito, o al comenzar el jardín.
Si durante el día tuvieron algún evento estresante, también es normal que lo muestren más tarde de forma intensa contigo. Están soltando el miedo o la pena que les produjo algo durante el día, pero que no procesaron en ese momento.
Por esto ocurre también que las pataletas son más frecuentes con las mamás que con otros cuidadores. Eso ocurre porque tú como mamá eres una persona muy segura para el niño. Se siente seguro contigo y se da permiso para liberar, cuando te tiene cerca, cualquier tensión del día que necesite soltar y sanar.
Recordar estos puntos me sirve a mí muchísimo para acompañar mejor a mis hijos cuando tienen pataletas. Para empatizar más con ellos, a veces encontrar soluciones, o evitar que ocurran en una próxima oportunidad.
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